dilluns, 24 de setembre del 2018

“HE TRABAJADO PARA HOMBRES QUE ME DABAN MUCHO… PERO JAMÁS PARA ALGUIEN QUE ME LO DIERA TODO” (Los siete magníficos, 1960. John Sturges)



Los siete magníficos (The magnificent seven)

Estados Unidos, 1960

Director: John Sturges

Guión: William Roberts

Fotografía: Charles Lang

Música: Elmer Bernstein

Intérpretes:

Yul Brynner (Chris Larabee)
Eli Wallach (Calvera)
Steve McQueen (Vin Tanner)
Charles Bronson (Bernardo O’Reilly)
James Coburn (Britt)
Robert Vaughn (Lee)
Horst Buchholz (Chico)
Brad Dexter (Harry Luck)
Rosenda Monteros (Petra)
Jorge Martínez de los Hoyos (Hilario)
Rico Alaniz (Sotero)
Pepe Hern (Tomás)

SINOPSIS: 1880-1890. Los habitantes de una humilde aldea mexicana próxima a la frontera con Texas son asolados una vez al año por Calvera y sus hombres, una banda de forajidos que les exigen un pago anual por sus cosechas y que no dudan en matar hombres o violar mujeres si no consiguen sus objetivos. Hastiados por no poder defenderse, los campesinos del lugar harán todo lo posible para contratar a Chris Larabee, un experimentado mercenario que terminará accediendo tras reunir a otros seis hábiles pistoleros para enfrentarse al temible bandido.



Quizás no sea una obra maestra pero lo que queda fuera de toda duda es que “Los siete magníficos” es uno de los westerns más populares de la historia del cine. Razones hay muchas: su espectacular elenco interpretativo, su épico e inconfundible tema musical (junto a los spaghettis de Morricone, el score de Elmer Bernstein es incuestionablemente el más silbable del género), sus memorables tiroteos y, por descontado, su gran capacidad para entretener al espectador. Aún así, si un aspecto del western de John Sturges siempre me ha llamado poderosamente la atención ese aspecto es, sin lugar a dudas, sus maravillosos diálogos. De todos ellos, sin embargo, solo uno me quedó grabado a fuego la primera vez que vi esta película. Se trata de una frase que pronuncia Chris Larabee (Yul Brynner) tras hablar con los campesinos mejicanos que solicitan su ayuda para afrontar la presión y los abusos a los que son sometidos por parte de Calvera (Eli Wallach) y sus hombres. Una frase con una extraordinaria fuerza dramática que dice así:

“He trabajado para hombres que me daban mucho… Pero jamás para alguien que me lo diera todo”





Así pues, pese a que “Los siete magníficos” posee secuencias potencialmente mejores a la que finalmente he escogido (la de los títulos de crédito iniciales, la del carromato fúnebre o la del tiroteo final, podrían ser tres buenos ejemplos), permitidme que dedique mi spoiler de hoy a la escena que incluye la frase anteriormente citada. Básicamente porque aunque quizás no resulte demasiado atractiva desde una perspectiva puramente visual o narrativa, constituye la razón de ser de la propuesta argumental (recordemos, eso sí, que “Los siete magníficos” es un remake en clave de western de “Los siete samuráis” de Akira Kurosawa) y, al mismo tiempo, un inmejorable paradigma de aquel típico pistolero tan duro como romántico. De aquel pistolero acostumbrado a moverse por dinero y que en esta ocasión —sin embargo— aceptará luchar por una causa prácticamente perdida, sin apenas remuneración y con la única ayuda de seis expeditivos mercenarios y un puñado de labriegos desesperados.





La escena en cuestión empieza con Chris Larabee (Yul Brynner) reunido con tres campesinos en una humilde habitación de una ciudad cercana al poblado asolado por Calvera (Eli Wallach) y sus hombres. Los tres hombres son, concretamente, Hilario (Jorge Martínez de los Hoyos), Sotero (Rico Alaniz) y Tomás (Pepe Hern). La conversación se desarrolla de la siguiente manera:

Hilario: “Creemos que es usted un hombre de confianza”

Chris: “Muchas gracias”

Tomás: “Queremos que nos ayude”

Hilario: “Contra un tal Calvera”

Sotero: “Un ladrón y un asesino”

Tomas: “Él y sus hombres nos roban la comida y nos dejan morir de hambre. Y además, nuestras mujeres...”

Chris: “Esperen un momento. Si buscan protección… ¿Por qué no acuden a los rurales?”

Hilario: “Ya lo hicimos. Dos veces. Pero no pueden dejar una guarnición en un pueblecito de forma indefinida. Así que se fueron”

Tomás: “Y entonces volvió Calvera. Y sigue volviendo cada año. Lo seguirá haciendo hasta que alguien lo detenga”

Chris: “Siéntense”

Sotero: “Necesitamos ayuda”

Hilario: “Tenemos que comprar armas pero no sabemos nada de esas cosas ¿Querría comprarlas por nosotros?”

Chris: “Las armas son muy caras y difíciles de conseguir ¿Por qué no contratan hombres?”

Hilario: “¿Hombres?”

Chris: “Pistoleros. Hoy en día son más baratos que las armas”

Hilario: “¿lría usted?”

Tomás: “Sería una bendición si nos ayudara”

Chris: “Lo siento. No vivo de bendiciones”

Hilario: “No, no. Le ofrecemos más que eso. Le daríamos comida cada día”

Tomás: “Y tenemos esto”

Chris: “¿Qué es eso?”

Tomás: “Podemos cambiar esto por oro. Es todo lo que tenemos. Todo lo de valor que había en el pueblo”





Chris: “He trabajado para hombres que me daban mucho… Pero jamás para alguien que me lo diera todo”

Tomás: “¿Será suficiente?”

Hilario: “Verá usted, si lográramos ahuyentar a los bandidos, la vida podría ser muy buena en nuestro pueblo. Pero, tal como está ahora... Nosotros podemos aguantar, pero los niños lloran porque tienen hambre”

Chris: “¿Comprenden en el pueblo lo que implica empezar una cosa así?”

Sotero: “Nosotros también lucharemos. Todos”

Tomás: “Cuando llegue Calvera, doblará la campana de la iglesia”

Hilario: “Lucharemos con armas, si las tenemos. Y si no, con machetes, hachas, palos, cualquier cosa…”

Chris: “Una vez se empieza, hay que estar preparado para matar y volver a matar. Y matar más aún, hasta que haya acabado todo”

Tomás: “Lo comprendemos”

Hilario: “Nos hacemos cargo”

Chris: “¿Todos los hombres del pueblo opinan lo mismo?”

Tomás: “Absolutamente todos”

Chris: “Veré lo que puedo hacer”

Hilario: “Gracias. Sabe...”

Chris: “Esperen. No he dicho que vaya a ir. Haré correr la voz de que buscan hombres”

Hilario: “No será difícil encontrarlos. Todo el mundo lleva pistola”

Cris: “Claro. También todos llevan pantalones. Eso se da por sentado. Pero… ¿Que sirvan? Eso ya es otra cosa”

Sotero: “¿Y cómo puede saber usted si sirven?”

Chris: “Hay maneras”





Poco más se me ocurre añadir a un diálogo cuyas frases lo dicen todo. Todo sobre un hombre duro, un mercenario, que a la sazón termina empatizando con unos humildes campesinos que necesitan ayuda y que, para ello, están dispuestos a dárselo TODO. Absolutamente TODO. Aún así, comentar —por supuesto— que la puesta en escena es la correcta (con los pertinentes planos/contraplanos de Chris y los mejicanos y algún plano conjunto) y que las interpretaciones de los cuatro hombres me parecen francamente notables. Los mejicanos con esos rostros y gestos tan tímidos y respetuosos como firmes y convencidos a la vez y Yul Brynner —faltaría más— con esa mirada, esa voz (recomiendo encarecidamente ver la peli en VO para apreciarla) y ese elegantísimo porte que, a la postre, lo convirtieron en una auténtica estrella de Hollywood. “Los siete magníficos”, por ejemplo, así nos lo confirma.


3 comentaris:

  1. Completamente de acuerdo en todo, menos en lo de que pueda NO ser una obra maestra....para mí, de las más grandes que hay. Cine en estado puro. Goce visual, auditivo, y hasta intelectual, si se me permite. También añadir un diálogo que tiene lugar entre el personaje de Steve McQueen y el anciano del pueblo, en el que se cuenta un chiste sobre un tipo que cae desde un alto edificio: "¿Cómo va eso?", le van preguntando a medida que pasa por cada ventana..."Por ahora bieeen, por ahora bieeeen". Diálogo que remarca el optimismo que siente el anciano y que Steve admira. Me encanta esta escena.

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    1. Por eso puse el condicional, Munkustrap: puede. Entiendo que para muchos lo sea y no voy a discutirlo, ni mucho menos. Lo que ocurre es que el género western está tan bien provisto de obras maestras que quizás ésta (y subrayo lo de 'quizás') no esté a la misma altura. En cualquier caso coincidiremos en que estamos ante un western extraordinario. Y respecto a los diálogos, completamente de acuerdo. El que he seleccionado es una muestra (el que más me gusta a mi) pero toda la peli está plagada de grandes frases. Gracias por comentar!

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  2. yo prefiero en el q le preguntan porque aceptó hacerlo y responde con la historia de un hombre de su pueblo q se tiró desnudo a un arbusto lleno de pinchos.

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