divendres, 13 d’abril del 2018

“VAMOS A SALTAR” (Dos hombres y un destino, 1969. George Roy Hill)



Dos hombres y un destino (Butch Cassidy and the Sundance Kid)

Estados Unidos, 1969

Director: George Roy Hill

Guión: William Goldman

Fotografía: Conrad L. Hall

Música: Burt Bacharach

Intérpretes:

Paul Newman (Butch Cassidy)
Robert Redford (The Sundance Kid)
Katharine Ross (Etta Place)
Strother Martin (Percy Garris)
Henry Jones (Bike Salesman)
Jeff Corey (Sheriff Bledsoe)
George Furth (Woodcock)
Cloris Leachman (Agnes)
Ted Cassidy (Harvey Logan)
Kenneth Mars (Marshall)

SINOPSIS: Wyoming, 1890-1900. Butch Cassidy y Sundance Kid son dos amigos que forman parte de Hole in the Wall, una banda dedicada a asaltar trenes y atracar bancos. Tras disolver la banda, una joven maestra de Denver llamada Etta se les unirá y los tres románticos forajidos huirán a Nueva York. Perseguidos incansablemente por agentes de la Pinkerton y diversos cazarrecompensas, Butch, Sundance y Etta llegarán hasta Bolivia. 



“Dos hombres y un destino” no es, precisamente, uno de mis westerns preferidos. Y no lo es porque no acostumbran a gustarme demasiado los westerns con un componente cómico relevante como tampoco las pelis rodadas para el lucimiento personal de sus protagonistas; en este caso, dos guaperas de la época (a la vez que extraordinarios actores, por supuesto) como Paul Newman y Robert Redford. Dos actores que cuatro años más tarde volverían a coincidir en la superior “El golpe”, también dirigida por George Roy Hill.  

Aún así, me gustan ciertas cosas puntuales de “Dos hombres y un destino”. Y no, no me refiero únicamente al célebre y cacareado Raindrops keeps fallin' on my head de Burt Bacharach. Me refiero —por ejemplo— a la incuestionable química entre sus dos astros, a la intermitente presencia de la guapísima Katharine Ross, a sus ingeniosos diálogos, a la portentosa fotografía de Conrad L. Hall (“Los profesionales”, “La leyenda del indomable”, “Camino a la perdición”…) y, sobre todo, a un par de escenas muy bien rodadas y, por qué no admitirlo, míticas: la de su famoso plano fijo final en sepia y, naturalmente, la que hoy motiva este spoiler. La del salto al vacío de Butch Cassidy (Paul Newman) y Sundance Kid (Robert Redford).



Recordemos que gran parte de la película relata la porfiada persecución de Butch Cassidy y Sundance Kid por parte de agentes de la Pinkerton (contratados por la Union Pacific, compañía ferroviaria víctima de los continuos asaltos de Hole in the Wall, la banda de Butch & Sundance) y que esta escena no hace más que reflejar uno de esos episodios. Lo mejor del asunto es que —en un momento dado— los agentes de la Pinkerton consiguen acorralar a Butch y a Sundance en un callejón sin salida. Concretamente, al borde de un precipicio que va a dar al lecho de un río. En dicho momento límite, pues, transcurre la escena del spoiler de hoy. Y pese a que se trata de un momento teóricamente dramático, el diálogo que reproduzco a continuación os constatará que lo que impera en esta emocionante secuencia es complicidad, feeling, amistad y, sobre todo, mucho sentido del humor. Así pues, sin más, os dejo con este magnífico diálogo entre Butch y Sundance escrito por el gran William Goldman, autor de “La princesa prometida” y guionista de películas como “Todos los hombres del presidente”, “Marathon Man” o “Poder absoluto” entre muchas otras. Como veréis, una auténtica gozada.





Butch: “No podemos luchar. Y si nos entregamos, nos mandarán a la cárcel”

Sundance: “Yo ya he estado en ella”

Butch: “Si luchamos pueden continuar donde están y matarnos de hambre. O bien ocupar posiciones y matarnos a tiros. O provocar un desprendimiento de rocas… ¿Qué más pueden hacer?”

Sundance: “Pueden rendirse. Pero no cuento con ello”

Butch: “Ahora ocupan posiciones”

Sundance: “Hay que prepararse”

Butch: “Kid, si en otra ocasión te digo ¿Por qué no vamos a Bolivia? ¡Debemos ir a Bolivia!”

Sundance: “En otra ocasión… ¿Listo?”

Butch: “No, vamos a saltar”




Sundance: “¡Ni pensarlo!”

Butch: “¡No nos pasará nada! Si hay bastante profundidad no nos haremos daño. Nunca podrán seguirnos”

Sundance: “¿Cómo lo sabes?”

Butch: “¿Darías tú un salto así si no tuvieras que hacerlo?”

Sundance: “Tengo que hacerlo y no lo doy”

Butch: “Pues hay que saltar o estamos perdidos. Y ellos tendrán que volverse por dónde han venido ¡Vamos!”

Sundance: “Un buen disparo es lo único que necesito”

Butch: “¡Vamos!”

Sundance: “¡No! ¡Déjame solo!”

Butch: “¿Por qué?”

Sundance: “¡Quiero luchar contra ellos!”

Butch: “¡Nos matarán!”

Sundance: “Tal vez…”

Butch: “¿Quieres suicidarte?”

Sundance: “¿Y tú?”

Butch: “De acuerdo. Saltaré el primero…”

Sundance: “No”

Butch: “Entonces hazlo tu…”

Sundance: “Te he dicho que no…”

Butch: “¿Qué te pasa, muchacho?”

Sundance: “¡Que no sé nadar!”





Butch: “Jajajajajaja ¡Eres un iluso! ¡No creo que salgamos con vida!”

Sundance – Butch: “¡Oooooooooooooh!”





Como datos anecdóticos añadir que este no fue el primer salto de estas características (creo haber leído por ahí que “Gunga Din”, rodada en 1939 por George Stevens, ya poseía uno de similar), que pese a que Paul Newman y Robert Redford dieron realmente el salto cayeron —acto seguido— a un colchón situado dos metros más abajo y que los amantes de las localizaciones que quieran ver con sus propios ojos esos impresionantes parajes solo tienen que dirigirse al Cañón del río Ánimas (Anime River Canyon, Colorado). 

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