Los cuatro hijos de
Katie Elder (The sons of Katie Elder)
Estados Unidos, 1965
Director: Henry
Hathaway
Guión: William H. Wright, Allan Weiss y Harry Essex. Basado en una obra de Talbot Jennings
Fotografía: Lucien
Ballard
Música: Elmer
Bernstein
Intérpretes:
John Wayne (John Elder)
Dean Martin (Tom Elder)
Martha Hyer (Mary Gordon)
Michael Anderson Jr. (Bud Elder)
Earl Holliman (Matt Elder)
George Kennedy (Curley)
Paul Fix (Sheriff Billy Wilson)
Dennis Hopper (Dave Hastings)
James Gregory (Morgan Hastings)
Jeremy Slate (Ben Latta)
SINOPSIS: Clearwater , Texas . Tras varios años de ausencia, John, Tom, Matt y Bud Elder regresan a su pueblo natal para enterrar a su madre, Katie. Poco después del funeral reciben
la visita de Mary Gordon, quien les
recrimina haber abandonado a Katie. Previamente, además, el Sheriff Billy Wilson informa a John Elder que el rancho familiar ya no
les pertenece puesto que Bass, el
padre, lo perdió jugando al poker poco antes de ser asesinado por los secuaces
de Morgan Hastings, el armero del
pueblo. A consecuencia de todo ello, los cuatro hermanos se conjurarán para
recuperar el rancho y cobrar venganza.
Aunque no suele aparecer entre los mejores westerns de la historia del cine yo
creo, francamente, que “Los cuatro hijos
de Katie Elder” podría y merecería figurar —sin lugar a dudas— en cualquier
top del género. Posiblemente esa
ignominiosa ausencia se deba a que su autor es Henry Hathaway, un cineasta al que siempre se le negó el talento
que nunca se le cuestionó a Ford, Hawks o Mann y que sí cargó —sin embargo— con un sambenito, a mi juicio, absolutamente injusto. Sí, me estoy
refiriendo al sambenito de artesano, un calificativo que todo el
mundo acostumbra a asociar con este grandísimo cineasta y que no me cuadra en
absoluto, por ejemplo, con el inconmensurable lirismo que ostentan algunas de
las mejores escenas de esta película.
Así pues, admitiendo por de pronto que “Los cuatro hijos
de Katie Elder” es algo irregular y que quizás el desarrollo de algunos
personajes y el tono de la peli (épico a veces, cómico otras) no acaba de
cuajar como debería, también es justo y necesario reconocer que tiene tres o
cuatro secuencias muy pero que muy buenas. Particularmente dudé entre la última
(la del sutil toque de John Elder a la mecedora de Katie) y la que encabeza
este spoiler. Y dudé, sencillamente,
porque las dos me gustan por igual. Sin embargo, acabé decidiéndome finalmente
por ésta, por la de la épica irrupción de John
Wayne en el tramo inicial de la peli, porque estamos ante una escena que
trasciende el propio argumento de este film y apunta directamente a la figura
de este actor como mito del cine en general y del western en particular.
Me explico. John Wayne contrajo cáncer de pulmón en 1964 y
fue sometido a una intervención quirúrgica para extraerle el pulmón izquierdo y
un par de costillas. Afortunadamente, el tratamiento fue un éxito y John Wayne
sobrevivió. Pero no sólo eso. Pocos meses después de la operación, el
protagonista de westerns tan
emblemáticos como “La diligencia”, “Centauros del desierto” o “El hombre que mató a Liberty Valance” estaba
en Mexico rodando la peli que hoy nos ocupa. Una peli que debía simbolizar la
victoria de Wayne en su batalla contra el cáncer y constatar, asimismo, que un
simple actor como él también podía ser tan duro de roer como sus propios
personajes. Tan y tan duro de roer, incluso, como para no acobardarse y seguir haciendo
pelis como si nada hubiera sucedido.
Su irrupción en escena tras la enfermedad, por lo tanto,
debía estar a la altura de las circunstancias. Y precisamente por eso, sin que
ningún motivo argumental lo justifique, John
Elder (o lo que es lo mismo, John
Wayne) aparece de repente entre las rocas de un cerro cercano al cementerio
de Clearwater cuando horas antes sus
hermanos lo esperaban en la estación. Una aparición que contiene un halo total
y absolutamente místico y que me recordó un poquito a la imagen recortada en el
horizonte del Sargento Rutledge (Woody Strode) en “El sargento negro” (1960), de John
Ford.
Estamos, en definitiva, ante una especie de resurrección. Ante uno de los mejores
homenajes del cine a uno de sus mitos vivientes. Y es precisamente por ello por
lo que, una vez más, me niego a catalogar a Henry Hathaway como un mero artesano
del séptimo arte. Porque aunque sus pelis quizás no sean tan redondas como
algunas de Ford, Hawks o Mann, Hathaway era —sin lugar a dudas— un cineasta
como la copa de un pino. Y escenas como la de hoy, con Wayne contemplando desde
las rocas como entierran a su madre, así lo corroboran.
Sin nada más que añadir, os dejo con el diálogo mantenido
entre John Elder (John Wayne) y el Sheriff Billy Wilson (Paul
Fix) en ese cerro cercano al cementerio de Clearwater. Un diálogo que viene precedido por un conato de
enfrentamiento entre ambos (John Elder percibe que alguien lo acecha y
desenfunda su revólver) y que, tras la confusión, hace las veces de perfecta sinopsis
de la película poniéndonos en antecedentes de todo lo que ha ocurrido en el
pueblo en los últimos meses. Dice así:
John Elder: “Billy”
Sheriff Billy Wilson: “Hola, John”
John Elder: “Si vas a aparecer por detrás, deberías
tener más cuidado”
Sheriff Billy Wilson: “Tan rápido como siempre… Puede que más ¿Has
estado practicando?”
John Elder: “¿Aún no hay periódicos por aquí?”
Sheriff Billy Wilson: “No, pero las noticias vuelan de casa en
casa ¿Por qué vienes por este otro lado? ¿Temes que haya líos?”
John Elder: “Siempre hay alguien buscando líos. Clearwater
no es diferente. Billy, lo que no quiero son... líos”
Sheriff Billy Wilson: “¿Cuánto piensas quedarte?”
John Elder: “No lo sé. Acabo de llegar. La gente te deja
quitarte el sombrero antes de echarte”
Sheriff Billy Wilson: “No te estoy echando. Sólo pregunto cuánto
piensas quedarte”
John Elder: “¿Alguna razón por la que no debería
quedarme?”
Sheriff Billy Wilson: “Sí. De hecho, hay un par de razones. Una es
que ésta ya no es tu casa. La dejaste hace años”
John Elder: “Continúa”
Sheriff Billy Wilson: “La segunda, que hoy ha llegado otro hombre.
Tengo entendido que es un experto con la pistola”
John Elder: “¿De quién se trata?”
Sheriff Billy Wilson: “No lo sé. No es de aquí. Tengo entendido que
presta sus servicios. Y la tercera es que tengo un sustituto que se toma su
trabajo muy en serio”
John Elder: “¿Se me busca por algo, Billy?”
Sheriff Billy Wilson: “No”
John Elder: “Entonces, tengo una idea”
Sheriff Billy Wilson: “¿Sí?”
John Elder: “Manda a ese joven sustituto a echar del
pueblo al otro tipo”
Sheriff Billy Wilson: “Supongo que sería una forma de hacerlo. Lo
que pasa es que tampoco se le busca”
John Elder: “He venido al entierro de mi madre y, tal
vez, a saludar a mis hermanos ¿Alguna objeción?”
Sheriff
Billy Wilson: “No”
John
Elder: “Bien”
Sheriff Billy Wilson: “Si quieres ver a los chicos, ve por ahí. No
tendrás que pasar por el pueblo”
John Elder: “El rancho está por ahí”
Sheriff Billy Wilson: “Ya no. Morgan Hastings es su propietario. Katie
vivía donde Lupin cuando falleció”
John Elder: “¿Cuándo fue eso, Billy?”
Sheriff Billy Wilson: “Mataron a tu padre hace seis meses”
John Elder: “¿Quién lo hizo?”
Sheriff Billy Wilson: “Aún no lo he averiguado. John... No hagas
tonterías”
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